Situación actual.
Motopirateria |
El tema de la informalidad en el
transporte público por motocicleta se reviste de muchas capas de discusión. En
éste, se resumen aspectos de origen micro y macroeconómicos, sociales,
financieros y psicológicos. Los anteriores como ruta aclaratoria del fenómeno
estudiado, donde se desdibujan o se fortalecen argumentos, de los cuales deben
salir necesariamente ideas que lleven a la comprensión integral y secuencial
hacia a una solución que va desde lo trivial hasta lo estructural. El camino
que recorra la comprensión, depende del grado de aceptación colectiva del
problema tratado, donde las medidas tomadas pueden ser el reflejo de un
consenso o la determinación unilateral por vías administrativas.
La idiosincrasia de un pueblo
revela un porcentaje claro del origen de sus problemáticas. El concepto de
transporte público a lo largo de los últimos años en nuestra localidad, viene
sufriendo una transformación, la lógica imperante sostiene que la rapidez o la
efectividad superan en gran medida a la comodidad y la seguridad. Es así como el
uso del transporte urbano colectivo se da en dirección opuesta, hacia el
transporte personalizado por motocicleta, causando de esta forma un pensamiento
colectivo en pro del uso del informalismo del transporte, a pesar de situaciones
que causan algunos tipos de perjuicios y del rechazo de una parte de la
población.
Rebusque y supervivencia.
La perspectiva ciudadana que
manifiesta gratitud hacia el transporte informal, alimenta de manera sostenida
la economía del rebusque, la precarización y la desprofesionalización de la
juventud Ocañera. (Añadiendo el déficit de oferta educativa en Universidades). En este aspecto, desde la perspectiva del
trabajador informal se dan una serie de conceptos y visualizaciones
generalizadas, fácilmente observadas y que se presentan en la cotidianidad
misma de la actividad en materia. Es importante reconocer que la mayoría de los
que ejercen esta actividad viven, económicamente hablando, en un círculo
disoluto, donde el resultado monetario que genera se entiende como el pago de
su labor diaria y de su misma supervivencia, sin embargo la cotidianidad de la
misma actividad supone una cotidianidad social
lineal, es decir, la capacidad financiera para sostenerse en el tiempo
afecta de manera directa sus aspiraciones personales y familiares, quedando
reducidos al desgaste sostenido dentro de la actividad informal. El contenido macroeconómico del debate sobre
los orígenes del elevado número de individuos prestando servicios de
transporte, complementa las conductas sociales referentes al tema. La facilidad
de compra o adquisición, la desvalorización de los aparatos, las normas
jurídicas, el acceso a las licencias, la
libertad económica, el modelo agrario, el modelo productivo, la economía
abierta y la devaluación del dólar son referentes que ocupan aspectos definidos
frente a la búsqueda de las causas y alternativas de el tema- situación.
“En mis escritos anteriores, enfocados desde una perspectiva política,
siempre he sugerido el respeto por el derecho al trabajo, considero de manera
enfática que las bondades del mercado no son tan amplias como se quiere mostrar
y que en ese sentido los excluidos y autoexcluidos deben tener al menos un
mínimo de garantías para dedicarse al rebusque, a la informalidad, aunque de
fondo expresen la forma precaria del trabajo moderno como modelo de
supervivencia y auto sostenimiento”.
Aclaro lo anterior para anotar que el aspecto sociológico podría suscitar
contradicciones en el lector, asumiendo que la actitud psicológica de un
individuo y el comportamiento colectivo del sector estudiado como enfoques de grupo
demandan una explicación parcial de la situación, desechando el resto de
opciones y causas determinantes, pero no es así, pues esta posición se asume
dentro de la integración complementaria de otras discusiones del tema,
abordándolo de manera abierta y desde las más variadas concepciones posibles.
Ideas colectivas y condiciones económicas.
Pero siguiendo con el tema psico-sociológico,
podemos continuar planteando desde el terreno de la observación, conductas que
se han apropiado de quienes ejercen la actividad en cuestión, por ejemplo, si
tenemos en cuenta el acceso a una motocicleta, notamos facilidades de
adquisición, esta situación plantea una luz verde al proyecto de negocio
informal, donde los impuestos, arriendo, pago de facturas e inversión en
material no serian parte presupuestal de la actividad, redondeando utilidades
diarias “libres” si de esa forma lo podemos anotar. El concepto generalizado en
los círculos de relaciones “laborales” entre los jóvenes o individuos transportadores
en motocicleta, genera aceptación particular y seduce a nuevas personas que de
una u otra forma se sienten “cansadas” o presionadas
por los altos costos de la vida micro-empresarial o también por las pocas
oportunidades educativas y la ausencia de proyectos de vida. La actividad en el
transporte informal no es una labor fácil, aunque podría depender del
compromiso particular en cuanto al ingreso que deba ser percibido, en mayor o
menor cantidad si se mantiene una familia o simplemente se trabaja por un
beneficio propio, de cualquier forma, no deja de ser peligroso. Las
probabilidades de accidentes son altas, la persecución policial, el contacto
prolongado y directo con el sol, la recepción de partículas contaminantes, el
atraco y el robo presentan un panorama complejo, sin embargo existen quienes se
adelantan a realizarlo. De modo que, los anteriores problemas son pasados por
alto, mientras en muchos existan ideas tales como el “no tener patrón”, “sin
cumplir horarios”, “no pagar arriendo”, “pagar la moto sin darse cuenta”, con situaciones
de demanda constante y el recibir
diariamente una utilidad que puede considerarse suficiente en nuestra ciudad homologándola
con un salario mínimo actual.
Pero preocupan sobre todo los
mecanismos cortoplacistas que decretan administrativamente las entidades
territoriales, más allá de proponer una regulación honesta de esta problemática
social, se dan medidas que podrían considerarse impulsoras de esta actividad
viéndolo desde la perspectiva individual y los conceptos de grupo, donde el levantamiento del pico y placa da
libre tránsito todos los días del mes, mientras se prohíbe la circulación los
miércoles, 4 días mensuales, ocasionando
un comportamiento de “desahogo” y un afianzamiento en la práctica de la
actividad informal como tal, generando un ambiente de transitoria conformidad,
mientras tanto la otra cara de la moneda podría dar otra situación, en donde la
experiencia de los “días sin moto” genere una visión de desapego al uso
indiscriminado de la motocicleta particular o del servicio informal del
transporte, entrando en un trance con los intereses de quienes se dediquen o
reciban ingresos directos o indirectos por las motocicletas.
De modo que, el trabajo informal
es defendible desde todo punto de vista, pero desde cualquier punto de vista es
importante evitar que la juventud continúe sin orientaciones ni alternativas
concretas.
Mario Alejandro Lemus.
1 comentarios:
Es claro que no hay voluntad social para encaminar la gestion publica. Sin voluntad social la politica se convertira en un medio elitista que generara mas disigualdad e inequidad social.
Publicar un comentario