Tal y como fué reseñado en este
mismo blog, existen denuncias y cuestionamientos al carnaval por parte de muchos
usuarios y usuarias de las redes sociales, y a eso se le suman las quejas de la
ciudadanía a través de la Radio que despiertan un interés por la transformación
de las fiestas, mientras que el Alcalde de Ocaña no hace referencias
importantes en este tema. Sin embargo, éste
señala que “A pesar de todo”, “los carnavales transcurrieron sin hechos
lamentables”, y que “la inmensa mayoría” salió y disfruto su carnaval. El Alcalde cree en la tradición de 60 Años y
que, “sin justificar”, “no falta quien tenga esa mentalidad depravada casi
"terrorista" para jugar Carnaval” e invita a la cultura ciudadana.
Como no ocurrieron “hechos
lamentables” todo transcurrió perfecto, solo que “un par de depravados no entendían
el carnaval y tiraron hasta aceite”. Vuelve e invita a la “conciencia ciudadana”
desde su cuenta twitter.
Como es bien sabido y denunciado,
jóvenes se aprovechan no solo de la falta de autoridad, si no del libertinaje
desmedido que incluso es patrocinado por las administraciones municipales por
su omisión u olvido en la responsabilidad directa de educar al pueblo y transformarlo.
Y es bien conocido por todos que esta Administración municipal no movió un dedo
en ese sentido y que por lo tanto, descuida un aspecto fundamental para el
logro de la verdadera convivencia y búsqueda de la satisfacción general. Para
el Alcalde la “inmensa mayoría” disfrutó su carnaval, cosa en la que discrepo
mucho, negándome a creer que una minúscula parte sea la que no esté de acuerdo
o que simplemente usa cuentas falsas en twitter para cuestionarlo. Pero bajo el supuesto de que pocos cuestionan la
forma como se llevan a cabo los carnavales, ¿existe razón para que el Alcalde
ignore los argumentos, que son evidentemente razonables? Saberlo necesariamente
nos conduce a creer que a la alcaldía no le interesa plantear solución a los
temas ambientales y educativos en referencia al despilfarro de agua y al
desorden del carnaval respectivamente, como también pasa en otras verdades incomodas
como la eliminación de los presupuestos participativos que son elementos formativos
que ayudan a construir sociedad, generar confianza en las instituciones y
prevenir la corrupción.
El gran problema de muchos alcaldes,
sobre todo del actual, es que en este tema no existe historia pero tampoco
futuro, por eso ni repasa lo negativo que viene sucediendo en épocas pasadas ni se
atreve a visualizar en prospectiva una gestión de solucion más allá de su gobierno.
Queda aclarado como idea obvia
que la problemática alrededor del carnaval no es exclusividad del actual
Alcalde, sabiendo que, desde siempre las administraciones locales le hacen el
quite desviándose de su compromiso, además, a la sociedad Ocañera nos falta dar
el paso fundamental para fomentar un cambio : organizarse.
Alcalde entienda que el Carnaval
de Ocaña está muy lejos de ser una “fiesta sana”, pero eso sí, muy cerca de ser
una “porquería rara”. Sé que puede hacer algo mejor.
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