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domingo, 29 de diciembre de 2013

Como sabemos, cada año empresarios, centrales obreras y Gobierno en una especie de ritual premeditado se sientan a dialogar y acordar el aumento del salario mínimo.

¿Vos sabes que es un salario (mínimo)? Sencillo, la asignación monetaria básica que recibe un obrero o trabajador mensualmente para sobrevivir sin depender de su empleador. Así las cosas, el salario es el pago mensual por generar valor agregado, valor que será apropiado por los empleadores o capitalistas.

Cada año, aumenta el precio que pagamos para consumir productos de la canasta familiar, lo que llamamos índices de precio del consumidor. El DANE mide ese aumento, y esa cifra se llama inflación, que es el “dolor” de cabeza del gobierno y el banco central.

Eso nos han dicho: según “suban” los precios, sube el salario mínimo. Este año el aumento del salario fue un poco más del doble de la inflación estimada 2%.

El engaño capitalista, radica en que, la asignación salarial se mide de acuerdo a la capacidad adquisitiva del trabajador para pagar por los elementos esenciales. Con eso, vemos lógico que, la supuesta inflación de 2% no afectaría un salario con el aumento de 4.5% de alrededor de 1,3 millones de personas que reciben el salario mínimo.

En la determinación de la Inflación, no está incluidos los servicios financieros, las operaciones internacionales y las inversiones estatales. Excluyendo lo anterior y teniendo en cuenta solo el índice de precios al consumidor, mantienen estancados los salarios para evitar que una mayor capacidad adquisitiva dispare los precios de los alimentos y demás servicios.

La acumulación de capital, la inversión extranjera, las utilidades bancarias, el contrabando, las explotaciones de recursos naturales, la creciente demanda en servicios públicos, la especulación financiera y comercial, las privatizaciones etc son factores que elevan el costo de la vida disfrazados bajo la sombra de la canasta básica familiar.

Las importaciones de alimentos han bajado los precios, pero acabando el comercio interno.  Las privatizaciones y concesiones reproducen el parasito privado que genera concentraciones de capital y poder político.  La corrupción, el gusano depravado que impide confianza en las instituciones desvaloriza la política.

El aumento de salario más que un acuerdo, es la aceptación con inocencia e ignorancia por parte del obrero y sociedad colombiana de los factores que lo mantienen.

Una solución política para estos males es no reproducir el modelo existente, el explotador, el saqueador, el especulador y ladrón sistema capitalista. ¿y cómo lo logramos? eliminando el germen representado en los políticos oportunistas, sordos y de espaldas al pueblo que legislan en favor de una economía hecha a la medida de los que dominan nuestros destino como nación.

Ni un voto por neoliberales, ni un voto por oportunistas, Ni por conservadores, ni Liberales, ni por la U, ni mucho menos por el Centro democrático.

M. Alejandro Lemus Mejía
Administrador Público Territorial.

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