Facebook y realidad deben equilibrarse.

El activismo individual de teclado debe compensarse con acciones reales, medibles, cuantificables y coherentes. Hoy las redes sociales han impulsado una completa revolución en el ámbito informativo y comunicacional. La divulgación de contenidos independientes y alternativos por parte de grupos de periodismo político, social-ambiental y tecnológico, ha puesto a las corporaciones informativas a cambiar seriamente la forma como practicaban periodismo y a los gobiernos y demás figuras o entidades del mundo a entender que ya existe un nuevo poder, el virtual.

 Han sido muchos los casos en los que decisiones públicas has debido retroceder ante la presión virtual. Igualmente, las evidentes actuaciones directas de autoridades frente a denuncias que circulan viralmente por la red.

Sin embargo, no deja de ser importante hacer una sencilla reflexión frente al contenido que personalmente publicamos en las redes sociales. Es decir, no por compartir innumerables fotos filantrópicas en nuestro perfil, necesariamente seamos sujetos activos contra la inequidad, la explotación o el maltrato humano o animal por ejemplo.

Ese activismo individual expresado virtualmente, debe equilibrase o compensarse con actos reales en nuestro entorno cercano.

Un niño fue maltratado por su maestra en chile y compartimos la historia con una emoticono, pero no participamos de una reunión de padres de familia donde podemos evitar hechos parecidos o buscamos espacios que logren defender a niños del barrio  frente a los abusos.

Un animal es degollado o atropellado en México y compartimos la historia, pero no somos voluntarios o colaboradores en alguna fundación de la ciudad en que vivimos.

Una injusticia se comete contra un Político con ideología social y compartimos nuestro rechazo en el perfil, pero no participamos en política ni salimos a votar en blanco, anular el voto o confiarlo en alternativas.

Una verdadera construcción del ideal de conducta moderna, debe ser que mostramos con el ejemplo diario en la calle y con el que replicamos con los dispositivos a diario en las redes.