En febrero, previendo la -Semana Santa Católica- desde la
Alcaldía se decretó el cambio en los horarios de oficina que
contemplaron al alargue de una hora diaria entre el 3 de abril y el 3 de
marzo. Es decir, el horario estuvo hasta las 7 de la noche
en ese lapso. Da curiosidad que, esta información no fue socializada lo
suficiente y que en las diferentes oficinas no se hiciera público el
horario de atención. Muchos visitantes del Palacio Municipal
pasaron desapercibidos a dichos cambios. De igual forma, todo estaba
preparado para que, en compensación a “la hora de alargue” los
funcionarios de la Administración dejaran sus oficinas desde el viernes
11 hasta el lunes 21 de abril.
¿Pero qué tiene de malo? No es de una Administración que se dice “Confiable” ni de ninguna otra, anteponer sus orientaciones
religiosas a las necesidades ciudadanas que requieran de la atención
administrativa. Aunque Jurídicamente podrían no estar “impedidos” para no
trabajar el lunes, martes y miércoles santo, la situación no deja de ser una
irreprochable falta de respeto a la libertad de culto contemplada en la Constitución,
que por definición considera a nuestro Estado Laico y aconfesional. De esta forma, si a un ciudadano –Católico,
protestante o sin religión- le inmovilizan su vehículo por ejemplo el domingo 13 ,
tendrá que dar espera hasta pasada la semana santa para realizar los trámites
respectivos.
El decreto 042 del 28 de febrero
de 2012, considera que es pertinente darle la oportunidad a sus funcionarios de
participar en las actividades de la “semana mayor” y que por tanto, se les concederán
los días 14, 15 y 16.
Muchos entraremos a preguntar ¿realmente
ese es el motivo? ¿Participarán de las “actividades” culturales y religiosas? Recordemos que, cada
puente festivo, la Alcaldía actual utiliza argumentos jurídicos para tomarse
desde el viernes todo el fin de semana, dejando entrever una actitud orientada
al “desparche” que hoy se refleja en el decreto que denomino “vacaciones
confiables” para que con el argumento de la “reflexión” dejen de trabajar como ordena
la constitución y se pasen por la faja las necesidades de la gente que no están determinadas en una hora más de oficina.
La ley 51 del 1983, obsoleta y
todo, contempla los -jueves y viernes santos-, pero la Alcaldía la sacó del Estadio
con esas evidentes ganas de no trabajar.
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